Formas inesperadas de aprender Francés en Quebec

Las clases en el aula son muy importantes a la hora de aprender un idioma. ¡Son el espacio ideal para aprender la gramática, realizar ejercicios prácticos y hacer todas las preguntas!

Sin embargo, los espacios reales, los de la vida cotidiana son los mejores momentos para aprender sin siquiera darse cuenta.

Aquí algunas situaciones que parecen simples pero que alimentan y enriquecen el aprendizaje todo el tiempo:

Caminar por el viejo Quebec es como caminar dentro de una película. Pasea mirando los letreros de “Le Pettit Chateau”, Le Chapelle, El restaurante La Bouch, La Fontaine, Le Viex Port, Le Café du Monde, Museé du chocolat, Salon de Jeux, y aprende sin necesidad de traducir.

Las compras son una de las actividades que más se disfrutan. Preguntar Ça coûte combien? (Cuánto cuesta) es un buen inicio para interactuar con la persona de la tienda

El espectáculo del Molino de las Imágenes es una actividad nocturna imperdible! Con la historia en frases concretas escritas en Francés y por supuesto acompañada de videos e imágenes que ayudan a contextualizar y entenderlas sin necesidad de traducirlas.

En el supermercado. Qué fácil encontrar tantas palabras nuevas para vocabulario que a veces no imaginamos utilizar: Brosse á dents, (cepillo de dientes) du savon, (jabón) Payer par carte (pagar con tarjeta), caissier ouvert (caja abierta),

En la casa de familia encontrarás las mejores oportunidades para practicar el Francés. Con momentos tan básicos como “Vamos a usar la lavadora”, hasta más complejos como “vamos a hablar de la vida”

Te sorprenderás de lo amigables que son los conductores de transporte. Por supuesto no te hablarán todo el tiempo, pero si les indicas a dónde vas, te avisará cuando llegues a tu parada! Madam! C’est ici!